En las últimas 24 horas, algunas terminales ya mandaron nuevas listas con precios aumentados. Otras todavía evalúan el escenario, que no es el mismo para quién fabrica localmente y quién debe importar
La decisión de aumentar los precios de los autos es mucho más compleja de lo que parece. Pasaron tres días en los que no hubo novedades y mientras algunas compañías decían estar evaluando la situación sin facturar, otros seguían vendiendo con la lista de precios publicada a comienzos de agosto, sin aumentar sus valores.
Recién este martes por la tarde llegaron las primeras novedades. Mientras Toyota y Ford decidieron no modificar sus precios por el momento, Stellantis y Renault han tomado otro camino, con listas de precios que cambian los valores de algunos de sus modelos. Volkswagen, Chevrolet y Nissan dicen que no tienen novedades de sus precios y están monitoreando la situación.
Entre quiénes han modificado los precios está el caso de Peugeot y Citroën, donde la variación no ha sido en general sino de acuerdo a una estrategia bastante razonable. Como se ha dicho ya, a fin de agosto termina la actual escala trimestral de los impuestos a los autos de lujo que ha llevado a los fabricantes a “topear” algunos modelos justo en la puerta de la escala 1, es decir por debajo de los $8.500.000. El precio de esos no se tocó porque no tiene mayor sentido hacerlo sólo por 15 días.
Así, el Peugeot 208 quedó todo en el mismo valor de $8.101.000, inclusive la nueva versión intermedia lanzada ayer mismo, que lleva el nombre Roadtrip. En el caso de Citroën, el Nuevo C3 tenía algunas versiones con margen para subir antes del límite y es lo que han hecho, aplicando un aumento del 8% en los modelos más accesibles. De este modo, toda la gama C3 está cerca del tope y debería quedar sin modificaciones hasta fin de mes.
En cambio, los autos que ya estaban por sobre el valor límite de la escala 1, recibieron un aumento que ronda entre el 6% y el 8%. Entre los primeros están el Peugeot Partner y el Citroën Berlingo, y en el segundo caso, el único modelo sería el Citroën C4 Cactus Shine, el más equipado de la línea. También hubo aumento del 12% para los furgones Peugeot Boxer y Citroën Jumper por ser importados. La explicación para esta decisión está en el tipo de vehículos que se aumentaron, ya que, salvo el C4 Cactus, son todos utilitarios que no pagan impuesto al auto de lujo y por lo tanto no tienen el tope. En el caso puntual del SUV que recientemente ha recibido una nueva actualización de equipamiento y estética, es un modelo que ya estaba por el piso de la escala 1 del impuesto interno.
En Fiat, a la espera de las listas oficiales, ya se sabe que el Cronos también actualizaría sus versiones más económicas por estar debajo del tope. El auto más vendido en Argentina pasó de 6,9 millones de pesos a 8,2 millones en la entrada de gama. Las cuatro versiones quedaron en ese mismo valor para no pasar de categoría.
Renault es la otra marca que ha aplicado los aumentos a una lista de precios que se publicó después del mediodía de este miércoles. En promedio se han aumentado casi todos los modelos en un 7,9%, aunque los que más se venden, Sandero en una punta del mercado, Kangoo en el medio como utilitario, y Alaskan en el otro extremo, tuvieron aumentos cercanos al 10,5%.
Ahora, las dos versiones más equipadas de Sandero, toda la línea Stepway, Duster, Kangoo de pasajeros y Captur, está en el mismo precio de $8.291.130. Quedan levemente por debajo de ese valor, las otras cuatro versiones de Sandero toda la línea Logan.
¿Por qué Toyota y Ford no varían sus precios?
Como dijimos, cada marca tiene sus propias circunstancias. En el caso de Toyota y Ford, ambos tienen su principal vehículo fabricado localmente, Hilux y Ranger, y como el stock no se va a agotar porque no depende de permisos de importación, los productos que están vendiendo ya se fabricaron con otra escala de costos. “No subir los precios no significa que van a perder plata”, es lo que analiza un experto de la industria. “Ambos tienen espalda para vender hasta fin de mes con los precios actuales y aprovechar el momento”, concluyó. De todos modos, la decisión de no aumentar es la de hoy, y ambos están monitoreando todas las variables constantemente.
En el caso de Toyota pasa algo curioso con el Etios. Por un lado es el auto más económico del mercado argentino, lo que le permite ser el segundo modelo más vendido de la marca. Pero al mismo tiempo, ya es oficial que el 31 de agosto se dejará de fabricar en Brasil y así se discontinuará la venta. Al no haber permisos de importación desde hace 45 días, el stock de las unidades en circulación entre la fábrica y los concesionarios no sería tan importante. El Etios estaba a comienzos de mes en $5.163.000 para la versión utilitaria llamada AIBO, y $5.500.000 para la de cuatro plazas más accesible. El precio por ahora se mantiene inalterable, y esa parece ser la decisión de la empresa, pero probablemente esto se deba a esa imposibilidad de ingresar nuevas unidades al mercado local.
Algo similar ocurre con el auto más económico que ofrece Chevrolet, el Onix en sus versiones Joy y Plus, que estaban a comienzos de mes entre los 5,8 y los 7 millones de pesos y podrían subir hasta acercarse a los 8,5 millones, pero ante la imposibilidad de ingresar al mercado provenientes de Brasil, aún no han sido ajustados tras la devaluación.
En este escenario es donde entran en juego la teoría y la realidad. Si un cliente quiere comprar un auto de esos modelos que están “topeados”, podrá hacerlo a través de plan de ahorro, donde rige ese precio oficial al que aún no se le aplicó el ajuste que indefectiblemente vendrá como muy tarde, a fin de mes. Pero si lo que se desea es adquirir un auto inmediatamente, esos precios en realidad no se consiguen en la mayoría de los casos, y un auto que en la lista figura con un precio de 8,2 millones de pesos, probablemente se pague entre 10 y 11 millones, que es el precio que debería tener si no estuviera frenado.
Hay empresas que siguen más de cerca el precio que aplican los concesionarios sobre la lista sugerida, pero hay otras que, contrariamente, no lo controlan tanto. Así, permiten que el precio formal sea uno y el real sea otro, dejando mayor margen de ganancia al punto de venta por un lado, y permitiendo que de ese modo los concesionarios puedan cumplir con las metas de ventas de unidades que la fábrica necesita.
De hecho, algunas marcas han cambiado ese objetivo mensual y lo han convertido en bimestral, manteniendo la equivalencia en cantidad de unidades, pero permitiendo que si en agosto no se pueden vender tantos autos por las múltiples razones del mercado, esa cifra se pueda compensar en septiembre.