Argentina adeuda más de $ 400 mil millones que deberán ser pagados, en su mayoría, con moneda extranjera. En los últimos cuatro años, creció $ 100 mil millones.
Según datos del Ministerio de Economía, la deuda pública de Argentina alcanzó un máximo histórico de US$419.291 millones en octubre, a pesar de que los mercados internacionales de capitales se mantienen prácticamente cerrados para el país debido a su alta tasa de riesgo. Este incremento en la deuda se debe al peso del programa con el FMI, los préstamos de organismos internacionales y la emisión de títulos en pesos a nivel local.
Del total de la deuda, aproximadamente el 36% debe ser pagado en pesos, mientras que el 64% restante se abonará en moneda extranjera, principalmente en dólares y en derechos especiales de giro (la moneda del FMI). En términos de estructura, los títulos y letras del Tesoro representan el 77% del total de la deuda, seguidos por los acreedores externos oficiales (19%), los adelantos transitorios (3%) y otros instrumentos (1%).
Desde que el Frente de Todos asumió la presidencia en diciembre de 2019, la deuda pública aumentó en un 29,8% o US$93.747 millones. De ese total, US$38.170 millones se sumaron desde agosto de 2022, cuando Sergio Massa asumió como ministro de Economía. Durante el año 2023, la deuda del país ha crecido en el equivalente a US$22.735 millones o un 5,7%.
El informe también revela que el 52% de las obligaciones a pagar son en dólares, un 21% en pesos ajustados por inflación (CER), un 15% en pesos y un 10% en derechos especiales de giro. En cuanto a los tipos de tasa de ajuste, el 49% de la deuda vigente tiene tasa fija, el 34% tiene tasa variable y el 17% tiene tasa cero. Además, el 95% de las obligaciones pendientes vencen en el mediano y largo plazo.
Los analistas expresaron preocupación por la creciente porción de la deuda pública que tiene cláusulas de ajuste, ya sea por inflación o por la evolución del tipo de cambio. Estas obligaciones no se verán reducidas con el tiempo, a pesar del aumento continuo de los precios. Aunque los mercados internacionales siguen cerrados para Argentina, el país continúa enfrentando el desafío de administrar su deuda y trabajar en soluciones financieras sostenibles.