Después de las intensas lluvias, los ganaderos de Corrientes enfrentan una nueva crisis: el aumento alarmante de garrapatas que está diezmando su ganado.
Esta plaga, potenciada por la humedad, ha llevado a un incremento significativo en la resistencia de las garrapatas a los tratamientos convencionales, complicando aún más la situación para los productores locales.
Alberto “Beto” Leal, veterinario en Virasoro, Corrientes, explica: “Con la humedad que hay, la cantidad de garrapatas se exacerbó y está habiendo muchos problemas de resistencia a medicamentos. Se hacen tratamientos y a la semana o diez días ya se tienen las garrapatas de vuelta en el ganado”. Este ciclo incesante de infestación y tratamiento está generando una carga económica y logística insostenible para los ganaderos.
El impacto económico es devastador. Los productores no pueden enviar ganado a Entre Ríos debido a las estrictas regulaciones sanitarias. “Si encuentran una garrapata en un animal, el camión no puede seguir viaje y tiene que volver, con toda la pérdida para el productor”, detalla Leal. Además, el ataque de garrapatas causa una pérdida de entre 20 y 40 kilos por animal por año, sin contar los costos adicionales de mano de obra y control.
La situación es crítica tanto en Corrientes como en Misiones. Ganaderos y veterinarios coinciden en que la lucha contra la garrapata se está volviendo cada vez más difícil y costosa debido a la creciente resistencia a los productos químicos utilizados. Los tratamientos apenas duran unas semanas antes de que los animales vuelvan a infestarse, lo que puede llevar a anemias graves e incluso la muerte del ganado.
Dario Bruera, directivo de la Asociación Ganadera de Andresito, advierte que la garrapata no solo debilita a los animales al chuparles la sangre, sino que también es vector de la enfermedad de la tristeza bovina, especialmente peligrosa para los rodeos del sur de Entre Ríos. “El insecto produce un daño directo y puede provocar la muerte del ganado si no se controla a tiempo”, señala Bruera.
Roberto Comparín, productor ganadero en Cerro Corá, añade que la resistencia de las garrapatas a los productos tradicionales es impresionante. “Hay muchas garrapatas y hay que usar cada vez más insecticidas para controlarlas”, explica Comparín. Sin embargo, hay una luz de esperanza: un nuevo químico está mostrando buenos resultados. “Este producto se aplica en el lomo del animal, tiene una rápida absorción y controla bien la garrapata, la vichera y la mosca de los cuernos”, menciona Leal.
El gobierno provincial parece haber hecho la vista gorda ante esta crisis. Mientras los ganaderos luchan contra la plaga, las autoridades se han centrado en celebraciones como la Fiesta Nacional del Surubí en Goya, ignorando los graves problemas de agua potable en la región. Esta desconexión entre la realidad del campo y las prioridades del gobierno es inaceptable.
Es crucial que las autoridades locales y provinciales tomen medidas urgentes para apoyar a los ganaderos. La falta de atención y acción está poniendo en riesgo no solo la economía de los productores, sino también la seguridad alimentaria de la región. Los ganaderos de Corrientes merecen más que promesas vacías; necesitan soluciones efectivas y apoyo inmediato para enfrentar esta crisis sanitaria y económica