En Corrientes, los supermercados registran algunas de las ventas por habitante más bajas del país, lo que refleja una preocupante realidad económica. Con un gasto promedio de solo 13.563 pesos por persona, la provincia se encuentra entre las peores posicionadas en términos de consumo en estos comercios, según los últimos datos del INDEC.
Este bajo nivel de ventas no solo afecta el bolsillo de los correntinos, sino que también pone en riesgo los puestos laborales en un sector clave para la economía local. A pesar de que las ventas totales aumentaron un 221,1% en comparación con el mismo mes del año pasado, este crecimiento es engañoso si no se ajusta por la inflación galopante que atraviesa el país.
La situación se agrava aún más con la falta de acción y la aparente despreocupación del gobierno correntino, que no ha tomado medidas visibles para proteger los empleos que dependen de estos comercios. La combinación de bajos ingresos por ventas y un gobierno inactivo deja a los trabajadores de los supermercados en una posición vulnerable, enfrentando un futuro incierto mientras la economía de la provincia se debilita.
El problema de las bajas ventas no es solo un reflejo del poder adquisitivo menguante de la población, sino también un indicador de que los correntinos cada vez gastan menos en sus compras, con un ticket promedio de solo 11.162 pesos, el más bajo del país. Esto no solo muestra una falta de consumo, sino también la precariedad que afecta tanto a los consumidores como a quienes dependen de estos ingresos para mantener sus trabajos.