La inseguridad en el interior de Corrientes sigue en aumento, dejando a la población cada vez más desprotegida. En la última semana, una escuela fue víctima de su quinto robo, y ahora, los delincuentes han puesto su mira en los hospitales, robando medicamentos esenciales.
El caso más reciente ocurrió en el Hospital San Roque, en la localidad de Esquina. El pasado domingo, minutos antes de las 14:00, una caja con insumos y medicamentos fue sustraída de una oficina del centro asistencial. Aunque la policía logró recuperar los elementos robados y algunas personas devolvieron lo que había sido vendido tras el hurto, la situación refleja una preocupante realidad: la falta de seguridad en la provincia.
La Comisaría Primera de Esquina ha iniciado una causa por hurto simple tras la denuncia presentada por una persona mayor de edad. Los ladrones ingresaron al hospital tras remover una hoja de un ventanal y sustrajeron medicamentos y guantes de látex, elementos vitales para la atención médica.
Aunque la policía actuó con rapidez, recuperando los insumos robados cerca de la morgue judicial del hospital, la cuestión de fondo sigue sin resolverse: ¿hasta cuándo el gobierno de Corrientes seguirá ignorando las necesidades básicas de su pueblo? La seguridad, especialmente en el interior, parece ser una preocupación de segunda clase para las autoridades, dejando a las comunidades expuestas y vulnerables.
La inseguridad no solo afecta a los ciudadanos de la capital, sino que también se extiende peligrosamente en las zonas rurales, donde la falta de recursos y protección se hacen cada vez más evidentes. Es hora de que el gobierno provincial tome medidas serias y efectivas para garantizar la seguridad y bienestar de todos los correntinos, antes de que la situación empeore aún más.