El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, aseguró recientemente que el puerto foresto-industrial de Ituzaingó estará terminado para marzo de 2025. Considerada una de las obras emblemáticas de su gestión, la promesa del mandatario contrasta con el absoluto silencio oficial respecto a la represa hidroeléctrica Añá Cuá, paralizada hace un año cuando ya estaba avanzada en un 40%.
El impacto del cierre de la obra, que dejó a 350 trabajadores sin empleo, continúa resonando en Ituzaingó, una localidad que depende en gran medida de estas iniciativas para su desarrollo económico. Mientras tanto, la provincia destina millonarios recursos a eventos como el Chamamé y los carnavales, lo que genera indignación en una comunidad que necesita respuestas concretas y empleo sostenible.
“Todavía no tenemos concretado el reinicio de la obra lastimosamente hasta la fecha. No tenemos definido el plan de trabajo del contratista. Estaba previsto para agosto el reinicio, ellos presentaron un plan de trabajo para el reinicio, y todavía no pudimos acordar ese plan”, confesó el ingeniero paraguayo.
Añadió que la propuesta es hacer un plan de transición hasta diciembre. “Se harán actividades, ajustes al contrato, renegociación del contrato, las últimas definiciones que están pendientes, y ahí ya para enero arrancar con el programa hasta la finalización del proyecto”, afirmó Yorg al diario misionero El Territorio.