En la provincia de Corrientes, la crisis educativa sigue agravándose, especialmente en lo que respecta al estado de las escuelas y la situación de los docentes. A pesar de que, hasta lo que va de octubre, la provincia ha recibido $62.549,4 millones en concepto de coparticipación federal, la pregunta que resuena en los pasillos es: ¿Dónde va el dinero de los impuestos correntinos?
El deterioro de las infraestructuras escolares, tanto en la capital como en el interior, evidencia la falta de inversión y planificación por parte del gobierno provincial. Mientras millones de pesos se destinan a eventos culturales y la remodelación de teatros, las escuelas quedan relegadas, poniendo en riesgo a los niños y al personal docente.
La situación es crítica. En Corrientes capital, el Colegio Secundario Pte. Dr. Arturo Illía enfrenta problemas con los equipos de aire acondicionado, dejando a los estudiantes con ventiladores que apenas funcionan. Las largas horas libres debido a la falta de profesores y el calor extremo hacen que los tutores soliciten que los estudiantes puedan retirarse del colegio, ya que las condiciones son insostenibles.
En Bonpland, una localidad cercana a Paso de los Libres, la situación es aún más alarmante. Los estudiantes de un colegio secundario tienen clases en tres aulas sin pizarrones. Hace años que el gobierno prometió la construcción de un nuevo edificio, pero la obra está detenida, y los trabajos se han reducido considerablemente en los últimos meses.
Los reclamos no son nuevos. El intendente de Virasoro, en una advertencia meses atrás, denunció: “Si no fuese por los intendentes, las escuelas provinciales se vendrían abajo”. La desatención a las necesidades de las escuelas es un problema que afecta tanto a alumnos como a docentes, quienes tienen los sueldos más bajos de todo el NEA. La comunidad educativa, en su conjunto, pide respuestas y medidas concretas para mejorar esta situación.
Mientras tanto, los docentes, que se encuentran entre los peores pagos de la región, luchan no solo contra la precariedad laboral, sino también contra la falta de condiciones mínimas para desempeñar su trabajo. Esta situación, lejos de mejorar, refleja el abandono del sistema educativo correntino por parte del gobierno de Gustavo Valdés.
La urgencia de soluciones es evidente. Las escuelas están en condiciones deplorables y los salarios docentes no alcanzan para cubrir las necesidades básicas, lo que sigue golpeando la calidad educativa de Corrientes.