En medio de la desesperación y el caos provocado por las copiosas lluvias, San Luis del Palmar se encuentra sumergido en una crisis que no solo evidencia la fragilidad de su infraestructura, sino también la indolencia de sus líderes políticos.
Mientras 14 familias reciben una asistencia mínima por parte del Municipio, otras 16 se ven obligadas a evacuarse por sí mismas, abandonadas a su suerte en medio de la desolación. El intendente local, Reni Buján, no ha hecho más que lanzar excusas vacías ante la magnitud del desastre. En lugar de tomar acciones concretas para resolver la situación, se limita a lamentarse en medios radiales, declarando con una indiferencia inaceptable: “Desde la semana pasada venimos atravesando esta situación, no sabemos por qué el caudal de agua no está circulando”. ¿Acaso la incompetencia y la falta de previsión no son motivos suficientes para buscar respuestas?
Pero la inacción del intendente no termina aquí. Buján describe la cuarta y quinta zona rural como zonas aisladas, donde la ayuda llega con cuentagotas, si es que llega. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI haya comunidades incomunicadas y desatendidas por completo? Mientras tanto, el pueblo sufre, luchando contra las inclemencias del tiempo sin el más mínimo apoyo de quienes deberían velar por su bienestar.
Las palabras de Buján sobre la “complicada situación” solo resaltan su falta de liderazgo y su incompetencia para enfrentar una crisis que clama por soluciones urgentes. Mientras tanto, los lugareños señalan con acierto que si el agua no fluye, es porque faltan obras de dragado e inspecciones del Instituto Correntino del Agua. ¿Dónde está la denuncia pública? ¿Dónde está la exigencia de acciones concretas por parte de las autoridades provinciales?
Es hora de dejar de lado las excusas y asumir responsabilidades. Los habitantes de San Luis del Palmar merecen más que promesas vacías y lamentos pasivos. Exigimos acciones inmediatas, exigimos liderazgo real y soluciones tangibles. La negligencia de las autoridades ya no puede ser tolerada. Es hora de actuar antes de que sea demasiado tarde.