Bajo el brillo de la ceremonia de inauguración, la obra de pavimentación y desagüe troncal en la Avenida Frondizi fue presentada como el punto de inflexión en la lucha contra las inundaciones en la ciudad.
Con el entusiasmo palpable en el aire, el gobernador Valdés lanzó oficialmente esta ambiciosa inversión, destinada a redimir a más de 17 barrios de los estragos del agua pluvial.
Con una inversión colosal de $365.259.405,43, se desplegaron dos imponentes calzadas de pavimento de hormigón armado y se reconfiguró un conducto pluvial principal, adentrándose en profundidades insospechadas para asegurar un drenaje efectivo del agua. Sin embargo, la euforia inicial se ha desvanecido en solo ocho meses desde su apertura.
La Municipalidad de Corrientes ha emitido un llamado de alerta a los conductores, identificando un alarmante socavamiento en un tramo vital de la avenida. Como medida de precaución, se ha limitado el tráfico vehícular en media calzada, comprendida entre las calles Loreto y Cuba. La zona, ahora convertida en un terreno volátil, ha sido acordonada para evitar tragedias inminentes.
Es vital que la comunidad evite transitar por esta área o lo haga con la máxima precaución posible, hasta que se implementen acciones para garantizar la seguridad. Esta situación plantea serias dudas sobre la calidad de las obras públicas y la eficacia de su supervisión, sembrando un clima de incertidumbre y desconfianza entre los residentes locales.