Los pequeños comerciantes de Corrientes enfrentan una realidad insostenible. Con una caída en las ventas de hasta el 70%, muchos negocios están tomando medidas drásticas como cerrar sus puertas y despedir empleados. Este lunes 23 de diciembre, un grupo de comerciantes formalizará un pedido ante el gobernador Gustavo Valdés, solicitando una tarifa energética diferencial para evitar el cierre masivo de locales.
La situación es crítica. Kioscos que recibieron boletas de hasta $800.000, carnicerías con facturas que pasaron de $600.000 a $5.000.000, y en barrios humildes donde los hogares deben afrontar pagos de hasta $140.000, cifras imposibles para quienes perciben sueldos de $250.000, sumados a los $70.000 de asistencia gubernamental.La situación es crítica: boletas de luz que superan los $250.000 en negocios que apenas generan ingresos, en un contexto donde los sueldos promedio no llegan a cubrir ni las necesidades básicas. “No podemos trabajar con estas facturas impagables. Nos obligan a cerrar, y eso significa despedir a los pocos empleados que tenemos”, lamentan los dueños de pequeños comercios.
En los barrios, vecinos y jubilados también se quejan. “El aire acondicionado no es un lujo, es una necesidad con estas temperaturas, pero ¿cómo lo pagamos?”, afirman. La crisis energética y económica no solo afecta a los comercios, sino también a miles de familias que no pueden afrontar las tarifas actuales.
Enero y febrero, tradicionalmente meses duros para el comercio, llegan este año con un panorama aún más desalentador.
Los comerciantes piden soluciones inmediatas. “Necesitamos una tarifa diferenciada y medidas concretas que nos permitan seguir trabajando. Si no, esto va a terminar en más cierres y desempleo”, advirtieron.
La situación pone en evidencia la necesidad de una respuesta urgente por parte del gobierno provincial, que deberá decidir si prioriza las necesidades de quienes trabajan y generan empleo o continúa desentendiéndose en un contexto de crisis generalizada.
