Escándalo por las nubes en Corrientes

Una vez más, el gobernador Valdés y su séquito de privilegiados demuestran su desprecio por el pueblo correntino al consentir el despilfarro desenfrenado de recursos públicos en beneficio propio.

 

En esta ocasión, el centro de la controversia es el insólito trato otorgado al piloto personal del gobernador, quien ha sido agraciado con un exorbitante adicional del 170%. Mientras la mayoría de los trabajadores luchan por llegar a fin de mes, este individuo disfruta de un privilegio obsceno basado únicamente en su posición como “Comandante de Jet”.

¿Cómo es posible que en plena crisis provincial sigamos tolerando este tipo de abusos? El decreto que respalda esta vergonzosa medida fue publicado en el Boletín Oficial el pasado 13 de mayo, como si el gobierno de Valdés no tuviera suficiente descaro como para hacerlo a plena luz del día.

Pero la indignación no termina ahí. En un acto de desdén absoluto hacia las necesidades reales del pueblo correntino, el gobernador autorizó, con su propia firma, el derroche de fondos públicos en dos costosas capacitaciones en Estados Unidos y España para el mismo personal privilegiado. ¿Acaso no hay otras prioridades más urgentes en la provincia?

Es hora de poner fin a esta farsa. Los ciudadanos correntinos no pueden seguir siendo testigos pasivos de la ostentación y el nepotismo desenfrenado de aquellos que se supone deberían servirlos. Es hora de exigir cuentas claras, transparencia y, sobre todo, justicia.

El gobernador Valdés y sus secuaces deben entender que el dinero del pueblo no es un botín para repartir entre amigos y allegados. Es hora de que asuman la responsabilidad que les corresponde y gobiernen para el bienestar de todos, no solo para satisfacer sus propios caprichos. Los correntinos merecen un gobierno digno de su confianza, no un circo de privilegios y despilfarro.

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