Las confesiones de Gabriela Sabatini: “Nunca extrañé estar otra vez en una cancha de tenis”

 

Retirada a nivel profesional hace 27 años, Gabriela Sabatini sigue muy presente entre los amantes de la raqueta y del deporte en general. Se trata de la mejor tenista argentina de la historia, que llegó a ocupar el puesto número 3 en el Ranking WTA y ganadora del US Open en 1990, su único Grand Slam y uno de sus 27 títulos en el circuito internacional. Desde su residencia en Suiza volvió a hablar de todo y dejó varios títulos.

Sobre el presente del tenis, en una entrevista con la agencia EFE contó que “creo que las generaciones avanzan y la tecnología también cambia. Todo avanza. Hay un juego ahora de mucha potencia tanto en las mujeres como en los hombres. Quizá menos variedad se ve en el juego de mujeres. Pero la realidad es que le pegan fortísimo y los físicos también han cambiado. Son mucho más fuertes, se trabajan diferentes aspectos y esa es la diferencia”.

“Hoy en día, el dominio del tenis es más cambiante. Antes había un grupo de jugadoras más reducido que lideraba los torneos y hoy día hay más alternancia. Cuesta mucho saber quién es la número dos o la número tres, pero también creo que puede tener sus ventajas porque se han visto muchas jugadoras del Este a las que les va muy bien. Hay jugadoras realmente muy atractivas de ver. A mí me gusta mucho Ons JabeurKarolina Muchova también, lo que está haciendo Iga Swiatek es increíble. Sostener ese número uno desde hace tiempo. Hay jugadoras de mucha jerarquía realmente y yo creo que es bueno eso”, explicó.

Gaby comenzó a nivel profesional siendo una adolescente y pronto se convirtió en una de las mejores del mundo. A los 18 años logró la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988. Luego fueron inolvidables sus duelos épicos con la alemana Steffi Graf, quien le ganó la final de Wimbledon en 1991. También son imborrables sus choques con la serbia Monica Seles, la leyenda Martina Navratilova, y las españolas Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez.

Gabriela Sabatini y Steffi Graf en la previa de la final de Wimbledon 1991 (Andy Hooper/ANL/Shutterstock)Gabriela Sabatini y Steffi Graf en la previa de la final de Wimbledon 1991 (Andy Hooper/ANL/Shutterstock)

El próximo 9 de septiembre se cumplirán 33 años de su título en el US Open y lo recordó como “mi triunfo más importante. Un torneo que para mí es inolvidable. Jugar en Nueva York es algo especial. Allí gané el Abierto de Estados Unidos, dos Masters. Toda esa energía de la ciudad siempre me hizo muy bien y siempre estar ahí es un placer. El año pasado estuve, este año también tengo intención de ir también. Una siempre se nutre de estar ahí”.

Sin embargo, confesó que luego de su retiro con apenas 26 años no extrañó estar en una cancha de tenis: “La realidad es que mi decisión de dejar de jugar fue muy pensada y me tomé el tiempo necesario para pensar que fue la decisión correcta y así fue. Me tomé un tiempo para pensarlo. Y desde que tomé la decisión de dejar de jugar, la realidad es que nunca he echado de menos estar en una cancha. Sí como espectadora y quizás lo que se echa de menos son algunos lugares, algunos torneos, la gente, pero volver a estar en una cancha de tenis, nunca he sentido las ganas de estar ahí otra vez”.

Hoy a sus 53 años tiene “varias tareas. Algunas relacionadas con el tenis, otras no tanto. Tengo mis perfumes desde hace muchos años. Después hago varias cosas alrededor del tenis. Algunas empresas con las que trabajo. Estoy bastante ocupada casi todo el tiempo”.

Sobre los 50 años que cumplió la WTA, admitió que entre sus principales avances se encuentran “la igualdad de premios es un asunto bastante importante y la situación se ha igualado mucho ahí. Es algo que se ha logrado con mucho trabajo y que se la logrado con mucho tiempo y muchos años de lucha constante para que las mujeres estén en el mismo lugar. El esfuerzo, el trabajo, el sacrificio es el mismo que el de los hombres y por eso las mujeres merecían también estar en igualdad de condiciones”.

Junto a Mónica Seles en una exhibición (Getty images)Junto a Mónica Seles en una exhibición (Getty images)

“Eso es lo más importante, lo económico, porque desde ahí se han podido hacer muchas cosas. La cantidad de torneos que hay hoy en día y de competencia es maravillosa. De hecho, en Argentina, la situación económica ha sido un poco difícil y hoy día se hacen muchos torneos y eso ayuda mucho a las jugadoras locales porque se les hace difícil poder competir o viajar al exterior por la diferencia de cambio y el tener competencia dentro del país les hace mejorar su nivel y que no haya tanta diferencia con el resto”, añadió.

Al ser consultada sobre qué se puede hacer para que haya más igualdad entre la ATP y la WTA, sostuvo que “yo creo que a partir de la promoción, la publicidad del contagio. Todo eso hace que la gente quiera consumir más tenis y a partir de eso hay que trabajar. En aprovechar a las grandes jugadoras del ranking mundial para promocionar el tenis y hacerlo llegar a todos lados. Tiene que ser un deporte de multitudes y popular. Entonces es mucho trabajo de promocionarlo y de que llegue a todo el mundo”.

Respecto del Big Three que conformaron Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic, manifestó que “es difícil esa situación. Que salgan jugadores de ese nivel y permanezcan tanto tiempo. Lo que significó Roger Federer. Yo he visto pocos jugadores con la mentalidad de estos tres y sostenerlo tanto tiempo. Eso está cambiando mucho también. El hecho de que se alargue tanto la vida de un tenista. Lo demostró Roger y lo demuestran Rafa (Nadal) y Novak (Djokovic), que hasta mucho tiempo después están en el mismo alto nivel y eso era impensable. En eso también se ha avanzado mucho”

Además, le tiró flores al actual número uno del mundo, Carlos Alcaraz: “Le he visto jugar. Le vi en Buenos Aires que estuvo este año. Es increíble todo lo que está haciendo. En Wimbledon demostró algo más todavía. La madurez con la que llevó el partido. Ya sabemos lo que es como tenista y atleta y cómo se mueve en la cancha y su mentalidad. Pero allí, en Wimbledon, demostró algo más aún y fue la madurez con la que manejó ese partido con Djokovic”.

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