Estar sentado de forma prolongada tiene efectos nocivos sobre la salud. Entre los más destacados, se encuentran el riesgo de lumbalgia, las molestias en cuello y hombros, la diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares e incluso la muerte prematura, según destaca un informe publicado por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el trabajo.
De ahí la importancia de respetar los consejos de los expertos, como levantarse cada hora y media o adoptar una actividad más intensa fuera del horario laboral sentado. Algunos ejercicios sencillos y aplicables en cualquier lugar resultan también de gran ayuda. Uno de los más sorprendentes es sentarse en el suelo, durante periodos cortitos a lo largo del día.
Sentarse en el suelo con las piernas cruzadas es uno de los hábitos saludables que defiende el libro Built to Move. Este tipo de actividad es fundamental para la movilidad: la convergencia armoniosa de todos los elementos del cuerpo permite moverse libremente y sin esfuerzo.
“Preste atención a la movilidad y podrá defenderse de las limitaciones del envejecimiento, así como desviar los dolores de espalda, los hombros encorvados y los cuellos crujientes que provienen de largas horas frente a pantallas de computadora, viajes interminables y otras instancias perjudiciales de la vida moderna. Y esto es cierto para todos. Damos el mismo consejo a las élites militares y atletas olímpicos con los que trabajamos que a las personas que no han corrido una vuelta desde la escuela secundaria”, señalan las gurús de la movilidad Juliet y Kelly Starrett.
El consejo de sentarse en el suelo todos los días
Una de las razones por las que las Starrett quieren que la gente se siente en el suelo mientras ve la televisión, habla por teléfono o toma un té es porque la acción inevitablemente resulta en inquietud.
“Queremos que la persona se mueva y cambie de posición mientras está en el piso porque le da la oportunidad de rotar las caderas en diferentes rangos finales, aliviar la presión de los tejidos y evitar la rigidez y el dolor”, escriben en el libro. “Tu cerebro te dirá que te muevas mientras estás en el suelo, y eso es exactamente lo que creemos que deberías estar haciendo”.
Cuando la persona se sienta en una silla de la manera tradicional en ángulo recto, y lo hace durante una cierta cantidad de tiempo, la relación entre los huesos superiores del muslo, la pelvis y las articulaciones de la cadera sufre, lo que hace que sea más difícil mantener el torso estable.
“Puede parecer difícil de creer, pero una práctica tan simple como girar de lado a lado en el suelo, en un esfuerzo inconsciente por sentirse cómodo, va a afectar la capacidad de movimiento, la circulación sanguínea, la propiocepción e incluso la fuerza muscular”, resumen entre los beneficios.