En el corazón de Corrientes, los centros comerciales son testigos de una realidad inquietante: la caída implacable del poder adquisitivo que afecta a las familias y comercios por igual. La escalada de precios, la pérdida de salarios y la incertidumbre económica han creado un escenario desafiante para los empresarios locales, cuyos locales enfrentan ahora un panorama marcado por la incertidumbre y la escasez de clientes.
La economía local enfrenta una preocupante realidad, donde la caída del poder adquisitivo se manifiesta de manera contundente en los centros comerciales de la región. En medio de una crisis desatada por la inflación imparable, la recesión y la pérdida de capacidad de compra de los salarios, los comerciantes experimentan una extrema disminución en el consumo, generando dificultades significativas para su supervivencia.
Locales y galerías que lucen vacíos dibujan un panorama desolador. Los consumidores, afectados por la búsqueda constante del menor precio posible, buscan rebajas y ofertas, sumiendo al comercio en un estado de parálisis. Sectores como panaderías, almacenes, indumentaria y concesionarios se encuentran entre los más afectados, enfrentando una escalada de precios e insumos, agravada por los elevados costos de alquiler según la ubicación del local.
“El comercio está parado debido a la suba imparable de precios y de insumos, sin contar los altísimos costos de alquileres según la zona o ubicación del local comercial”, expresan los comerciantes, quienes enfrentan la incertidumbre diaria de remarcaciones de precios. La gente, afectada por la falta de un valor de referencia y poder adquisitivo, limita sus compras a productos de primera necesidad.
La caída del consumo no solo impacta en las ventas, sino que también conlleva el doloroso recorte de personal. Los comerciantes, ajustando presupuestos para subsistir, se ven obligados a reducir la cantidad de empleados. “El comercio se retrotrae, el que tenía cuatro empleados dejó dos o está atendiendo el propio dueño. Todos han reducido personal”, advierten, augurando un futuro con cierres de comercios si la situación no se revierte.
Si eso querían los
Correntinos y en especial los periodistas