Es por los aumentos dados “por un gobierno radical” explicaron con respecto al gobernador Leandro Zdero. Los haberes correntinos quedaron muy atrás en comparación con los de la vecina provincia.
Los policías de Corrientes, retirados, volvieron a plantear quejas con respecto a la actualidad de sus haberes, algo que no es nuevo, pero volvió a tomar impulso al compararlos con los sueldos de sus camaradas de la vecina provincia del Chaco.
“Felicitaciones a los Policías hermanos del Chaco por ser siempre valorados y considerados por su Poder Ejecutivo Provincial hoy radical”, expresaron
Luego hacen referencia a que “muchos de más de 25 a 30 años de servicios con aportes genuinos e importantes a su Caja Previsional del Chaco”.
Los efectivos correntinos, por su parte, vienen exigiendo un incremento salarial urgente. El último aumento, del 15%, se otorgó en abril, quedando muy lejos del 45% que los agentes consideran necesario para superar la línea de pobreza. Actualmente, el salario promedio de un policía correntino ronda los $531.000, una cifra insuficiente frente a la inflación y el costo de vida. Además, los policías denuncian condiciones laborales deficientes, como la falta de uniformes y equipos de seguridad, y la escasa capacitación para enfrentar la creciente inseguridad.
Mientras el gobierno destina sumas millonarias en regalos y eventos, los policías, que a menudo son desplazados para custodiar estas celebraciones, aseguran que los barrios quedan sin cobertura adecuada, exponiendo aún más a la población.
A esta falta de apoyo se suma el reclamo por comisarías en condiciones deplorables, con una inversión en infraestructura y equipamiento que los mismos policías califican de “nula”. En lugar de priorizar recursos para mejorar las condiciones laborales y salariales de quienes arriesgan su vida en las calles, el gobierno ha destinado millones en la compra de electrodomésticos para celebraciones.
Este contraste en el manejo de los fondos públicos deja un mensaje contundente: mientras algunos sectores reciben reconocimientos costosos, aquellos que velan por la seguridad de los ciudadanos trabajan en condiciones indignas y con salarios que apenas alcanzan para subsistir.