Nuevas quejas por el mal estado de rutas en la provincia Corrientes

El interior de Corrientes enfrenta una profunda crisis que afecta tanto al sector maderero como a la infraestructura vial. En la última reunión del Consejo Económico y Social en Santo Tomé, empresarios locales expresaron su creciente preocupación por el grave deterioro de las rutas provinciales y nacionales. Estos caminos, en pésimas condiciones, complican el transporte de la producción, especialmente durante épocas de lluvias, impactando severamente al sector forestal y otras industrias.

La llegada del mega aserradero ACOM Timber a Ituzaingó ha exacerbado la situación. Pequeños y medianos aserraderos denuncian que el gigante maderero ha absorbido gran parte de la materia prima, dejándolos sin recursos y poniendo en peligro su continuidad operativa.

Particularmente alarmante es el estado de la Ruta Nacional N° 120, que conecta Ituzaingó con Gobernador Virasoro. La ruta se encuentra en un estado crítico, con numerosos baches y tramos peligrosos. El tránsito pesado de camiones que se dirigen hacia ACOM Timber ha acelerado el deterioro de la vía, poniendo en riesgo la seguridad de quienes la transitan.

La problemática no se limita a la Ruta 120. Otras áreas del interior, como la Ruta Nacional N° 12 entre Cuatro Bocas y Saladas, presentan condiciones similares. A pesar de las gestiones realizadas por los intendentes, como José Cheme de Empedrado, las reparaciones avanzan lentamente y la ruta sigue abandonada, incrementando el peligro para conductores y transeúntes.

Los habitantes y autoridades locales han denunciado repetidamente la falta de mantenimiento y la ausencia de un plan integral para mejorar las rutas, esenciales para la conectividad y el desarrollo económico de la región. El intendente de Ituzaingó, Pablo Valdés, destacó la urgencia de modernizar la Ruta 120: “Llevamos años reclamando soluciones, pero las respuestas son escasas. La ruta es intransitable y pone en peligro vidas humanas”, afirmó.

El deterioro de la infraestructura vial no solo afecta la seguridad de los conductores, sino que también impacta negativamente en la economía local, dificultando el transporte de productos y el desarrollo del turismo. A pesar de los constantes reclamos a las autoridades provinciales y nacionales, la falta de acción sigue frustrando a los ciudadanos, que temen que la inacción continúe cobrando vidas en las rutas de Corrientes.

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