Una vez más, la capital correntina amaneció inundada tras una leve lluvia este sábado por la mañana, dejando en evidencia la falta de soluciones efectivas para un problema que lleva años sin resolverse.
Vecinos del barrio San Antonio Este enviaron imágenes que reflejan una realidad que ya no sorprende: calles anegadas, hogares afectados y la incertidumbre de cuándo llegará una solución definitiva.
Lo que genera mayor indignación es el contraste entre estas imágenes y los millonarios gastos destinados al llamado Plan Hídrico. La Municipalidad de Corrientes desembolsó $17,2 millones a la empresa Forever Pipe, propiedad de la familia Caputo, estrechamente vinculada al expresidente Mauricio Macri, para realizar inspecciones televisivas de tuberías. Este plan prometía construir 55.000 metros de redes pluviales, siendo una de las principales ofertas de campaña de Cambiemos en 2017 y una de las promesas clave que llevó a Eduardo Tassano a la intendencia.
Sin embargo, cinco años después, los resultados siguen siendo cuestionables. Las lluvias, incluso en cantidades moderadas, son suficientes para paralizar a la ciudad. Las obras prometidas no han traído el alivio esperado, y los vecinos continúan lidiando con calles intransitables, viviendas inundadas y la falta de respuestas claras por parte de las autoridades municipales.
¿Dónde están los resultados del plan millonario?
El descontento de los vecinos es palpable. Muchos se preguntan quién será el encargado de responder por las fallas evidentes en las obras realizadas y por qué, tras años de promesas y millones invertidos, no se logran resultados concretos. Como señaló un residente del barrio San Antonio Este: “Gastan millones en inspecciones, pero nosotros seguimos con los pies en el agua”.
Mientras tanto, la administración de Tassano guarda silencio ante las crecientes críticas, dejando a los ciudadanos sumidos en una mezcla de frustración e incertidumbre. ¿Será este otro ejemplo de promesas incumplidas y recursos mal utilizados?
Las lluvias seguirán llegando, y con ellas, los problemas se acumulan. La pregunta que resuena en las calles anegadas de Corrientes es simple: ¿hasta cuándo?