Sol intenso, lluvias copiosas, tormentas y nuevamente sol. El tiempo pareciera estar más variable que nunca por causa del fenómeno de El Niño y las consecuencias se pueden ver en diferentes ámbitos, uno de ellos el agrícola.
Los colonos tratan de anticiparse y resguardar sus cultivos de los daños. Sin embargo es difícil, sobre todo teniendo en cuenta que son muchas y diversas las inclemencias que afectan en períodos relativamente cortos de tiempo. Además, hay situaciones que son más complejas de prevenir, como la humedad debajo de la tierra que pudre las raíces sin que los productores puedan hacer nada para contrarrestarlo.
Sobre este punto se refirió Ángel Olinuck, agrometeorólogo de la Estación Experimental Agropecuaria del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) de Cerro Azul, que explicó que en realidad lo que más afecta hoy es la humedad. “Creo que se está cumpliendo lo que voy observando en los informes de las perspectivas climáticas del Servicio Meteorológico Nacional, cuando dice que en la zona vamos a tener temperaturas normales para la época. Si prestamos atención, en esta época la gente muchas veces se queja de que el calor se siente mucho, pero lo que pasa es que estamos en un mes donde la humedad es muy alta. Las temperaturas que estamos teniendo ahora son muy inferiores a las que tuvimos los últimos años en el verano. Cuando la sequía nos azotaba realmente, la radiación solar era terrible porque todos los días estaba despejado; en cambio ahora prácticamente todos los días está cubierto o tenemos nubes, entonces la radiación solar que llega a la Tierra es menor”, expresó en diálogo con el programa Acá te lo Contamos por Radioactiva 100.7.
Indicó que “se vuelve insoportable cuando tenemos 30 grados y 70 u 80% de humedad, pero en años que tenemos El Niño”, pero aclaró que “no vamos a tener un verano con temperaturas extremas como tuvimos en el 2020 o 2021”.
En cuanto a las precipitaciones, sí van a estar por encima del promedio, como viene ocurriendo desde septiembre-octubre. El bimestre octubre-noviembre fue record histórico porque llovió 1.057 milímetros en el Inta Cerro Azul. Sin embargo, “siempre los extremos son malos para los cultivos y ocasionan problemas”.
“Pasamos de un extremo a otro, pasamos tres años con La Niña, que es un fenómeno normal, pero se potencia con el cambio climático y se vuelve más seco de lo habitual. Y pasamos rápidamente a El Niño, que desde septiembre estamos sintiendo con mucha fuerza e intensidad; trajo muchas consecuencias negativas”, adujo Olinuck.
Pérdidas
“Las pasturas quedan con barro, no crecen, entonces las vacas van a sufrir. Hay zonas cerca del Uruguay donde las pérdidas fueron totales en mandioca y maíz, porque estaban cerca del río y además de afectarse por las lluvias, también se afectan por las crecientes. Me informaron pérdidas totales en maíz, mandioca y algo que no se había dado hasta ahora, los mamones que no soporta suelos anegadizos”, determinó.
En referencia a la horticultura, “tenemos problemas por las tormentas fuertes y por la lluvia fuerte; el que hace la intemperie se ve afectado por las lluvias tan fuerte y por granizo, además del viento. Y los que hacen en invernáculo, también sufren daños. En el Inta Cerro Azul ninguno quedó en pie, todos fueron dañados por las tormentas. Las tormentas fuertes se están dando mucho y ocasionan muchos daños”.
En lo que respecta a yerba, como son perennes aguantan un poco más. La yerba está presentando una brotación muy buena, pero presenta ataques de rulo que suele atacar en primavera, en plena brotación. En el caso del té, también la brotación viene muy buena, con algunos problemas para el trabajo por las lluvias abundantes y el suelo. Lo mismo pasa con el sector forestal, el daño de las tormentas es el que más afecta a esta producción.
Coincidentemente con esto último, el yerbatero Ariel Steffen explicó a El Territorio que los mayores problemas que tiene el sector no radican puntualmente en el crecimiento de la planta en sí, sino en los inconvenientes para trabajar la tierra, no sólo después de las copiosas lluvias, sino incluso también a causa del fuerte calor.
“El calor para las plantas es bueno, porque brotan y los bichos que se acercan, los insectos, mueren; entonces, para las plantas es bueno, lo que pasa es que es imposible trabajar en la chacra con los calores que hay. Es muy difícil el trabajo rural en estos días”, sostuvo.
Protección de suelos
El agrometeorólogo Ángel Olinuck indicó que es importante mantener siempre los suelos protegidos para evitar las consecuencias del calor y las copiosas lluvias.
“Si el suelo está desprotegido, la tierra llega hasta 70 grados centígrados; por eso se aconseja siempre desde el punto de vista agrícola, que jamás tengamos los suelos desprotegidos ni en verano ni en invierno. Si yo tengo un suelo desprotegido en verano, el sol le da directamente, mata todos los microorganismos que son los que actúan después sobre el material vegetal, entonces viene una lluvia fuerte y me arrastran el mejor suelo”, resaltó.
En tanto, en invierno pasa lo mismo: “Con el tema de las lluvias fuertes de invierno, el suelo protegido impulsa a que no haya erosionismo. Por eso
y otros tantos motivos aconsejan que hay que tratar de que los suelos en general no estén despejados”.