El anuncio del gobernador de Corrientes sobre su próximo viaje al extranjero ha vuelto a desatar la indignación en la provincia. Esta vez, las alarmas suenan con más fuerza debido a la renovada promesa de reactivar el Puerto de Ituzaingó, una infraestructura crucial para el desarrollo económico regional que yace en el abandono desde hace años.
Mientras tanto, Misiones se beneficia con negocios que podrían estar fortaleciendo la economía local en Corrientes. La producción forestal fluye a través del puerto de Posadas, desviando recursos y oportunidades que deberían estar generando empleo y prosperidad en nuestra propia tierra.
Es desconcertante ver cómo el mandatario provincial prioriza viajes al extranjero sobre las necesidades urgentes de su propia provincia. ¿Es acaso Suiza la solución para los problemas portuarios de Corrientes? ¿Por qué buscar respuestas fuera de casa cuando la solución debería estar en nuestras manos?
El discurso del gobernador sobre la toma de deuda para financiar obras públicas es una afrenta a la inteligencia de los correntinos. ¿Por qué esperar hasta el último tramo de su mandato para tomar acción sobre la infraestructura que tanto necesitamos? ¿Y cómo podemos confiar en que estas promesas se materializarán y no se perderán en la vorágine política de la próxima campaña electoral?
Los múltiples viajes del gobernador en busca de inversiones extranjeras contrastan con la falta de resultados tangibles para Corrientes. ¿De qué sirven las reuniones internacionales si no se traducen en mejoras concretas para nuestra provincia?
Es hora de poner fin a las excusas y las promesas vacías. Corrientes exige un liderazgo comprometido con su desarrollo y bienestar, que priorice las necesidades locales sobre los intereses políticos y personales. Es hora de que quienes tienen el privilegio de dirigir nuestra provincia asuman su responsabilidad y trabajen por un futuro próspero para todos los correntinos.